Por suerte, las diferentes técnicas de Shibori son tan versátiles que nos permiten obtener diseños tanto abstractos como figurativos, con la ventaja de que se pueden llegar a combinar entre sí. De hecho, en función de cómo se trabaje, una misma técnica puede dar lugar a motivos decorativos o a patrones muy dispares. Es por ello que decimos que en Shibori las posibilidades creativas son infinitas: líneas, rayas, ondas, puntos, círculos, rombos, espirales, estrellas, cuadrados, triángulos, rectángulos, hexágonos y, por supuesto, texturas diversas, además de flores, animales, e incluso hasta paisajes.